30 de enero de 2015

Una historia que viene desde la misma apertura del pabellón cubierto, enero del 2008

Soy funcionario desde 1998 y lo que estamos viviendo desde la misma apertura del IES Clara Campoamor de La Solana, es lo que uno no puede comprender; inversiones millonarias, de más de 6 millones de euros del edificio principal, un pabellón cubierto deportivo de casi 500.000 euros; obras mal ejecutadas y que al final nadie se hace responsable de que se ejecuten correctamete.

Llevamos haciendo escritos desde su misma apertura, denunciando que vamos a lamentar algún daño personal y que nos hemos librado por puro azar de estar hablando de algo más grave, pero los responsables siguen en sus papeleos absurdos, reuniones en donde no se soluciona nada y lo que es más preocupante, que instalaciones que han costado muchísimo dinero se están cayendo a "pedazos", literalmente.

Podría relatar como uno asiste a Consejos Escolares, Comisiones de Coordinación Pedagógicas y demás reuniones de la comunidad educativa y siempre los mismos temas: No funciona la wifi, no hay dinero para calefacción, no se pueden gastar muchas fotocopias, el pabellón se inunda, las pistas polideportivas están deterioradas, los accesos de minusválidos son tercer mundistas (que también se pagaron caros esos accesos, por cierto), no podemos dotar de cañón y proyector todas las aulas este año (son 20 aulas) y tampoco podemos dotar de presupuesto los departamentos un año más

Los mismos temas un curso académico tras otro. Pero los que se dedican a gestionar nunca son responsables, si alguien me puede explicar cómo se puede sentir un profesor viviendo esto.

Y por no alargarme más y es mi opinión, nuestro sistema educativo nos trata muy bien como docentes, estoy reconocido como profesional de la educación y mis condiciones de trabajo son muy buenas, pero lo que siento desde que trabajo como profesor es que no tratan igual al sistema educativo, ya que no lo dotan de recursos para sacarnos todo el provecho que podría el sistema (imaginen si tuvieramos una buena biblioteca escolar, aulas materias, zonas comunes didácticas, recursos para los departamentos, aulas de idiomas y demás medios que mejorasen la calidad en la educación...)  es decir, que nuestros alumnos tuvieran unas mejores condiciones de aprendizaje.

Pero debemos saber que los gestores del mismo no son profesionales de la gestión educativa, por lo que el sistema no puede funcionar, ya que nunca, y es lo que he vivido, son atendidas las necesidades que nosotros como profesores demandamos o las sugerencias que hacemos para mejorar nuestra labor docente, lo que repercute en que no podamos ejercer nuestra profesión con los medios que mejoren nuestra práctica docente diaria.

¿Quiénes son los perjudicados? Está claro, los alumnos.



29 de enero de 2015